El malentendido producido entre Diputación, Concello y Cofradía a respecto de las obras de mejora del Pósito se cerró ayer con la entrega del proyecto en el Concello y con la solicitud de licencia de obra, un trámite de aprobación pendiente pero que no representará problema alguno. El patrón mayor de A Illa, Benigno Chaves, fue el encargado ayer de cerrar los trámites y completar el papeleo cuya ausencia, a finales de la semana pasada, causó una respuesta de la Diputación mostrando su “sorpresa” por la supuesta intención del Concello de paralizar las obras en el edificio y que habían comenzado el día anterior tras varios meses de ampliaciones del proyecto hasta los 300.000 euros.
Concello y Cofradía desmentían horas después este extremo, asegurando que no había intención alguna de paralizar estas obras, si bien era cierto que en las oficinas municipales no constaba ni el proyecto de reforma del Pósito ni la necesaria solicitud de obras. Según explicaron el patrón mayor, el alcalde de A Illa, Manuel Vázquez, y el teniende de alcalde, Luciano Otero, -a quien el ente provincial había atribuido, por error, la intención de paralizar el proyecto-, el hecho que propició que en el Concello no hubiera constancia de los dos documentos referidos se debió a otro malentendido. Al parecer, el convenio acordado entre Diputación -órgano responsable del proyecto y de su ejecución- y Cofradía establecía que sería el Pósito quien solicitaría licencia de obra al Concello y le haría entrega del proyecto a ejecutar. Algo que no le sería así indicado al propio patrón mayor hasta después de que se produjese el incidente entre administraciones y que finalmente, se ha quedado en nada. Benigno Chaves acudió ayer, personalmente, a la sede de la Diputación para recoger el proyecto y recabar la documentación. Una vez en su poder, hizo entrega en el Concello de todo el papeleo. El teniente de alcalde señaló que, al no presentar obras en el exterior, la tramitación de la licencia será “rápida” porque no habría ningún problema de urbanismo. Las mejoras se harán, a lo largo de un año, por plantas y, por ello, no obligarán al cese de la actividad en el edificio.