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Historia de A Illa de Arousa

A Illa de Arousa, da nombre a toda la Ría, poco se conoce de su pasado, no debemos olvidar que casi todos los restos antiguos se conservan en la piedra, y muy pocos de ellos hay en A Illa de Arousa que se conserven intactos. Los topónimos Quilma (árabe), Os Castriños, Castro de Quilma, Castro da Torre, etc. nos hacen presentir el pasado de la «Illa tesouriños».

Las noticias de A Illa de Arousa más viejas de este pueblo, a excepción de un sepulcro prehistórico encontrada en el Areoso que según el C-14 data del 2070 + 40 a.C., nos remontamos a los comienzos de la era cristiana, con el cementerio de Os Bufos, que está clasificado como bajo-romano o suevo; un tesoro de bronces imperiales, del que se estudió una pieza, un gran bronce de Domicíliano datado en los años 90-91, así como la Torre que existía, en el lugar de su mismo nombre, y que aún estaba en pie a finales del siglo XVII, con una estructura semejante a las Torres de Catoira.

Hay después un gran vacío histórico hasta el año 899 (el 6 de Mayo) en que Alfonso III y la reina Jimena, donan a la Iglesia de Santiago, entre otros lugares, A Illa de Arousa, con la Iglesia de San Julián, y trece años más tarde en que el Obispo Sisnadndo I, cede A Illa de Arousa con su Iglesia y salinas al abad Guto del Monasterio de San Martiño de Santiago.

Iglesia de tipo románica que se encontraba en el lugar hoy conocido por Nicho, que, según consta en los archivos de San Martín Pinario fue derrumbada a principios del siglo XIX «por ser una iglesia pequeña y de poco valor artístico» por esa época fue construída la existente, Iglesia, que según todos los indicios fue construída utilizando la piedra de la torre (con una estructura semejante a la de las Torres de Catoira).

El año 1548 es el punto de partida de la única memoria histórica o tradición oral de A Illa, «Os trece veciños» que es simplemente el reparto de A Illa en 13 forales con las siguientes condiciones: hacer dentro de los cuatro años siguientes con tejado en el lugar del foro, plantar en ese tiempo 30 árboles frutales, y otros árboles y «carballos e salgueiros»; deben dejar libres los caminos antiguos y montes para las vacas y yeguas y todo el demás ganado que hubiera traído el Monasterio a la isla; no pueden acoger a persona foránea de A Illa, no le deben dar terrenos para que trabaje, ni edifiquen, ni vivan en ellos, nada más que a los susodichos vasallos y los caseros de dicho foro cada uno en su foro y no por hermandad ni división; cada año por cabeza hombre o mujer deben pagar un «quinte» de vino, dos cargas de pan, una de centeno, y otra de trigo y una medida de mijo; así mismo los que con el tiempo vengan a vivir A Illa y los que en el presente son y viven en ella buscasen oficio de mar, paguen lo que concertasen con el abad del Monasterio. Deben dar alojamiento y ayuda al enviado del Monasterio para encerrar así vacas como yeguas y llevarlas al Monasterio; no pueden cazar en A Illa conejos ni perdices sin licencia expresa del abad ni tener hurones ni perros de caza; deben ayudar a cazar al enviado del Monasterio;deben pagar un carro de leña; no pueden tener ganado de bestias y yeguas, con licencia o sin ella; no pueden tener vacas ni bueyes, excepto aquellos a los que le pareciere al Monasterio para su labranza; el foro no puede hacer trueque, vender, cambiar, ni enajenar con persona alguna.

En 1582, que es importante para el establecimiento de la territorialidad de A Illa, se concede un foro a Bartolomé Charlín y María Henríquez, su mujer, y dos voces, de una pequeña aldea y lugar donde vivían en A Illa, pero también se incluyen «las dos islas de Gidoiros Areoso y Gidoiros Pedregoso, sitas en la Ría de Arousa» detrás de A Illa, en derecho al vendaval, y por las últimas la renta de una pesca de cicial.

El padrón de Calle-hita (1708), nos informa de que en a Illa había 5 barcos pequeños y una «dorna», de sus habitantes, 34 eran mareantes, 6 vaqueros, y 3 marineros; de ellos 10 vivían directamente de la pesca.

En 1752, y en el Catastro del Marqués de la Ensenada, se hace referencia a que había en A Illa 7 lanchas de pesca, 49 «dornas» también de pesca, 1 barco de pesca (petache) que «beneficia» sardina al «Reino de Portugal», y una barca de pasaje (propiedad del cura), de sus vecinos 49 eran marineros y 48 marineros-labradores (3 meses al año se ejercitan en la pesca y el resto a la labranza de las tierras).

La matrícula de Mar de 1751, declaró caducadas en Galicia, las ostreras particulares. En estado presente de la Matricula de Marina de 1754, consta A Illa de Arousa, con 66 embarcaciones y 113 «gente total» (marineros).

En el censo de Floridablanca, 1787 aparecen 12 lanchas de pesca y 7 barcos de pasaje.

Una referencia de 1804, nos informa que había en A Illa, 63 embarcaciones, se vendía un volumen de pesca de sardina de 40 millones de unidades.

Curiosamente hasta ahora se presiente una Illa agrícola, durante los siglos XVI y XVII, en contraste con el siglo XIV marinero. En el siglo XVII vuelve una actividad pesquera tremendamente importante. Por la mitad de este siglo, comienzan a llegar a Galicia en General y a la Illa en particular, asentadores catalanes, que comenzaron a crear en nuestras costas establecimientos de salazón y cambiaron el tradicional sistema del Cerco Real, por la Xabega, mucho más moderna. A Illa siempre receptiva a las modernidades e innovaciones, fue abanderada de este movimiento, llegando a haber en la misma hasta 15 salazones de catalanes. Apellidos como Bargés, Castañer, Colomer, Jover, Rossell, Buhigas, Cardona, Font, Buch, Arnau, primeiro y Goday, Llovet, Vilavedra, Ballourat, Espiell, Fábregas, Comas, Curt, Haz, Martí, Poch, Roquete y Tápias, más tarde asentaron su poder económico en A Illa, y comenzaron desde muy temprano (1768)una lucha por sus intereses y los de los vecinos marineros de A Illa, contra la iglesia que pretendía cobrarles los diezmos del mar, apoyados por las «secadas» de los vecinos de A Illa; «secadas» de las que se tienen conocimiento, que son una cantidad realmente importante para la población agricola que aún era en aquellos momentos A Illa.

Todos estos pleitos que llegan a la segunda década del siglo XIX, hacen que se produzca en A Illa un movimiento liberal, que se gesta cuando la llamada Guerra de la Independencia contra los franceses. A Illa, (documentado en el Archivo Histórico Militar: Memoria topográfico militar y defensa de la Isla de Arosa – 1811″) fue el baluarte liberal de la resistencia en la comarca contra los franceses, siendo el único pueblo que no llegó a ser sometido, siendo una de las tablas de salvación del cerco de Vigo, ya que desde A Illa se enviaban víveres, ropa y armas, por mar y que por tierra era imposible, coincide con el sumario instruído (luego del golpe de Estado de Fernando VII en 1823) los catalanes de A Illa, por formar partidas y defender el sistema Constitucional (con la caída de los liberales del trienio, fueron puestos fuera de la Ley9, y acaba con la desaparición definitiva del Ayuntamiento.

La integración de A Illa de Arousa en el Ayuntamiento de Vilanova de Arousa a finales de 1836, la hacen desvanecerse totalmente de la vida municipal, perdiendo su personalidad propia, las ofensas generalizadas de la Corporación Municipal hacia A Illa de Arousa y sus vecinos eran continuadas, con pequeñas excepciones temporales en que al poder económico de A Illa (las elecciones se hacían por los mayores contribuyentes), lograba hacer coincidir en una misma corporación a personajes próximos A Illa.

Esta importancia comercial de A Illa, que surgirá a finales del siglo XVIII y principios del XIX, con los almacenes de salazones de los catalanes sigue, aun incorporándose nuevas empresas: Don Miguel Espiell y Cía. 1840. Don Pablo Llover y Juan Cardona, …etc.

En 1879 se monta en A Illa, construída por técnicos franceses, la fábrica de D. Juan Goday Gual, considerado este, «fundador efectivo» de la moderna industria conservera gallega; dicha factoría fue visitada en 1881 por S.M. Don Alfonso XII y que mereció una medalla de oro en la Exposición Universal de pesca de Londres de 1883, otra en la de Amberes de 1885, en la Internacional de Barcelona de 1888, en la Exposición Internacional de París de 1889 y en la de Chicago de 1892.

En 1912 se constata la existencia en A Illa de 3 fábricas de conserva, 4 de escabeche y 4 de salazón, así como 7 tiendas de comestibles.

En el año 1934, surgen las primeras tentativas llevadas a cabo por la «Sociedad Gallega de Electricidad» para la instalación de luz eléctrica en A Illa. Proyecto aprobado por el Ministerio de Obras Públicas de la República pero la Guerra Civil lo paró y doce años después la «Sociedad Gallega de la Electricidad» renunció a la autorización y dispuso a favor de la familia Goday, fundándose en 1946 la Compañía de Electrificación S.L. la electricidad pasará a través de un cable submarino por el Bao (adquirido por ayuda popular) fabricado por la casa Pirelle. En 1980 se instala un nuevo cable de 8.000 m también con ayuda popular, fabricado por la casa Soenger.

Luego de varias primeras piedras mítines en A Illa, como el de Solis, se inaugura el 14 de Septiembre de 1985, la segunda obra, después de la luz, más importante para A Illa, «una carretera de acceso» como le llamaron en Madrid, y que le prometieran en los años 50 al Acalde de Vilanova, Sr. Hermida, promesa que en los años 80 retomó, a petición del pueblo de A Illa, el diputado de la U.C.D. por Pontevedra Sr. Gago, construyéndose un puente de 2 Km. de largo, que une A Illa con las demás villas del Salnés.

Durante el siglo y medio en que A Illa, pertenece el municipio de Vilanova de Arousa, a excepción de unos años, allá por los años 40, que estuvo en el de Vilagarcía, en el ánimo de los vecinos estuvo siempre presente volver a tener una jurisdicción propia.

Después de varias tentativas frustradas, en el año 1992 se presenta una moción al Pleno municipal, debatida en la Comisión de portavoces del martes día 2 Junio, dándole el visto bueno para ser llevado al Pleno convocado para el viernes día 5 de Junio, donde es aprobado por unanimidad la realización de un estudio socioeconómico de viabilidad para la constitución del Ayuntamiento de A Illa de Arousa.

El 5 de Mayo de 1993 se entrega en la Alcaldía de Vilanova, presidida por D. Manuel Dios, un informe totalmente favorable a la segregación elaborado por Pura Barrio Val, en el que se demuestra la viabilidad de la constitución de A Illa de Arousa en Ayuntamiento propio e independiente.

Después de varios obstáculos, de partidos políticos que unas veces estaban a favor y otras en contra, una vez más los vecinos de A Illa de Arousa tuvieron que tomar las riendas del asunto y por mediación de la Asociación de vecinos Pro Ayuntamiento de A Illa de Arousa, se consiguió que por el Decreto 415/1996 del 21 de Noviembre, se aprobara la segregación de parte del término municipal de Vilanova de Arousa, para la posterior constitución de un Ayuntamiento nuevo e independiente, llamado A Illa de Arousa.

Fuente: Cámara de Comercio de Vilagarcía de Arousa